5-.AGÜIMES PREHISPÁNICO
Agüimes fue un territorio con una intensa colonización aborigen, esta se inicio durante los primeros años de nuestra era, dando como consecuencia una diversidad de asentamientos (cuevas-habitación) que configuran la orografía del territorio.
El asentamiento prehispánico de Agüimes se encontraba integrado en el guanartemato de Telde, según la concepción territorial de los antiguos canarios.
Estos asentamientos se encuentran localizados a lo largo de la red de barrancos de la zona comprendida en el sureste de la isla de Gran Canaria que se encuentran próximos al municipio. Zonas como Guayadeque o Temisas conservan al día de hoy un importante patrimonio arqueológico y etnográfico, siendo características de estas zonas vestigios arqueológicos encontrados en los barrancos de Balos y Guayadeque, como los Letreros de Balos y las cuevas situadas a lo largo de las laderas del barranco de Guayadeque. En estas cuevas se han encontrado una gran multitud de objetos, tejidos, cerámicas, herramientas etc. de procedencia aborigen.
Según se ha podido comprobar gracias a pequeños hallazgos que se han realizado en los últimos años y a antiguos textos encontrados (escritos por los primeros conquistadores) que hacen referencia a la zona, se ha comprobado que el territorio que comprendía el guanartemato de Telde y esta zona en concreto, poseían unas características climáticas y vegetales perfectas para estos asentamientos aborígenes. Entre estas características idóneas podemos encontrar su riqueza hídrica, en zonas como Guayadeque especialmente, gracias a los cursos de agua provenientes de acuíferos situados la parte superior de las montañas que rodeaban el barranco y en sus propias laderas. La presencia de agua permitía el desarrollo de una gran variedad de pastos vegetales, lo que se traducía en el mejor y mayor desarrollo de los poblados aborígenes de esta zona. Entre uno de estos cultivos encontramos el de la Chinchilla, aunque no se desarrollo como tal hasta el siglo XIX, durante su etapa prehispánica se desarrollaba de forma natural y era utilizado por los aborígenes para la realización de sus utensilios, ídolos…
Esta riqueza en hombres y bienes atrajo a los primeros navegantes atlánticos desde mediados del siglo XIV, interesados en el comercio esclavista y en intercambiar con los jefes indígenas orchilla y sangre de drago por utensilios de hierro. Inmediatamente después de la Conquista de Gran Canaria, nació el núcleo de la Villa en torno a la plaza de San Sebastián, territorio bastante apetecible, entre otros motivos, por sus puertos y pesquerías; por sus prados, viñas y cañaverales; por sus dehesas y ejidos; por sus pastos, molinos y aguas estantes, manantes y corrientes, como se describe en la carta merced otorgada por los Reyes Católicos en 1491.
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